Era uno de esos atardeceres en que se podia sentir la magia en el aire, tal vez era así por la forma en la que me acababa de besar, tal vez era porque el tiempo se habia detenido justo en el momento en que nuestros ojos se cruzaron, haciendo que el resto del mundo se parase y yo puediese sentir a mi corazón bombear cada vez más rápido, intentando uhir de mi pecho.
Nos sonreimos y miramos el atardecer, el abismo del fondo, a lo que no llegaba nuestra vista, y bajé la mirada y nos vi reflejados en el agua de ese pequeño muelle, en nuestro espejo improvisado.
Rocé suavemente el agua con los pies, Y nuestro reflejo desapareció, y a cambio salieron unos anillos que se alejaban poco a poco, perdiéndose a lo lejos, al igual que el sol.
Alejé los pies del agua, no queria ver como se perdia la imagen que se reflejaba abajo.
-¿Esta fria?- me preguntó, bajándome de esa nube a la que me habia subido.
-Dimelo tu- le dije, sonriendo a la vez que lo empujaba, cayó al agua.
-No mucho- añadió, riendo, cuando salió a la superficie, y tiró de mi hasta tirarme junto a el. Empezamos a reirnos en medio del agua, salpicando.
Subimos en seguida al pequeño muelle, le dije que lo odiaba, a lo que respondio que dejase de ser tan mentirosa. Nos reimos y me abrazó, y nos perdimos de nuevo observando el sol, que cada vez se escondia más rápido.
-¿Tienes frio?- me preguntó.
-Un poco- respondí, - si no me hubieses tirado al agua.. - le dije con retintín.
-Lo siento señorita, no volverá a pasar, la próxima vez dónde prefiere bañarse, en el jacussi tal vez? - dijo, haciéndose el mayordomo.
Me quedé pensativa, y lo miré.
-En tus ojos- respondí, casi en un susurro.
-Me parece bien- me sonrió de tal manera que la alegria se le vio reflejada en la mirada -Entonces báñate en mis ojos, que se joda el mar.
Y de nuevo nos mirámos, y me besó suavemente, mirámos de nuevo al horizonte, el crepúsculo habia terminado.
Y preferí bañarme en tus ojos, eran mucho más calidos que el agua, y que cualquier otro lugar.
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