domingo, 25 de septiembre de 2011

Faltan motivos

Me giro hacia ti, veo que me miras. Me sonries, te sonrio. Ninguno de los dos aparta la mirada. No decimos nada, tampoco hace falta. No nos acercamos el uno al otro, sabemos mantener las distancias de seguridad, la compostura. Algo nos despista, apartamos la mirada. Nos volvemos a mirar. El mundo desaparece.
Me faltan motivos para dejar de quererte.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Goodbye

La arena. Las olas rozándome los pies, haciéndome cosquillas. Las horas insaciables de sol y risas. Las locuras, los momentos vividos. Las noches viendo como las luces de la ciudad se reflejan en el agua. Todas y cada una de las aventuras. Los días en los que el sol no se pone, o que el amanecer se le junta después de una larga noche.


Buenas noches verano, estaré aquí esperándote para cuando despiertes, con nuevos sueños e ilusiones, y esperando volver a vivir, cuando vuelvas, muchos momentos más.

Te prometo no olvidarte nunca

Azul

-Me encanta el azul- le dije, de golpe, para romper ese silencio tan poco incómodo que se habia creado, simplemente por el hecho de decir algo, alguna de mis chorradas, como no.
-¿Y eso?- me preguntó, riéndose ante mi entusiasmo.
-Porque todo lo bonito es azul- me miró extrañado, me expliqué- tus ojos, el agua, el cielo, las sábanas de tu cama, el verano.. Si, el verano es azul.
Y es ahora cuando recuerdo que me dijo:
-En invierno sigue existiendo la playa, ¿Recuerdas? No desaparece. Ni tampoco el cielo, ni yo, ni las sábanas..- enrojeció.
-Pero si el verano- le contradije
-¿Y que importa eso? En unos meses volveras a pintar de azul todos los días de un maravilloso y largo verano.
-Si, pero no es lo mismo. a partir de este verano: todo cambia.
Asintió, sabiendo que en ese tema, era yo quien tenia razón.




miércoles, 14 de septiembre de 2011

Be a child forever

-Me encantaria volver a ser pequeña, volver a vivir esa época en la que mis "problemas" se solucionaban con un abrazo. Volver a ese mundo formado por solo unas cuantas calles, cuando formábamos una fortaleza de almohadas que nos protegia de todo. Cuando todo se solucionaba con un "lo siento" y el día siguiente todo estaba arreglado. Me gustaria volver a vivir en ese paraje mágico dónde todo era perfecto y nada podia ir mal, ni nadie podia sufrir nunca. - Mantuve mi vista fija en el paisaje- ¿Me dirás que a ti no te gustaria?
-Si, pero en ese momento solo tenias prisa por crecer, por poder hacer cosas de mayores, por tener responsabilidades y que la gente creyese y confiase en ti. ¿Enserio dejarias todo lo que tienes ahora por volver a ese momento?
Me quedé pensativa.
- Creo que tus experiencias valen más ahora. Yo no cambiaria este momento por nada.- añadió
-Entonces, ¿No te vendrias conmigo a nunca jamás, para no crecer nunca?- le dije, ya bromeando.
-No, porque si fuese así, nunca envejeceriamos juntos. Y después de todo, todavia podemos hacer locuras, como cuando éramos pequeños.
Y tenia razón, los momentos para ser niños ya habian pasado. Y después de todo, lo que tenia ahora, no era tan malo, eso era seguro.


"Y pintar nuestros nombres en el cristal empañado que da al patio de luces de nunca jamás"


domingo, 11 de septiembre de 2011

Summer lovin

Me acerqué a la piscina, al verle dentro, me senté en el bordillo, encima de su toalla. Le miré, esperándole.
Me vió y se acercó al bordillo, salió, levantándose con los brazos a la vez que movia la cabeza sacudiéndose el pelo encima mio.
-¡Tonto! ¡Me has mojado!- le repliqué.
-Ui, pobrecita la señorita, que se ha mojado.
-Pues claro- dije, secándome la cara con la toalla- ¿Que te creias? ¿Y si ahora me encojo?
Nos reimos los dos a carcajadas, a la vez que él me quitaba la toalla.
-¿Enserio? ¿Te encojes?, comprobémoslo.- Me cojió de por la cintura y me levantó, ignorándo mis gritos y mis súplicas. Pedí socorro, pero los dos sabiamos que en el fondo no queria que nadie viniese. Me agarré a él con todas mis fuerzas.
-Tranquila, si tu caes, yo contigo.- Añadió, entre risas, justo antes de saltar a la piscina, conmigo en brazos.
Nos zambullimos, intentando ahogarnos el uno al otro, riéndonos. Cada vez nos acercamos más, y cuando porfín conseguimos respirar sin tanta dificultad, me besó, lentamente. Un beso tan suave como una caricia, casi imperceptible. Nos reimos los dos. El agua dejó de estar tan fria.
Empezamos a zambullirnos de nuevo, entre risas y besos. cuando al final salimos nos sonreimos y corrimos hacia la toalla, él la cojió primero.
-Ah, genial, me mojas y me quitas la toalla, eres todo un ejemplo de caballero, ¿sabes?
-Enga, ven aquí osito amoroso- dijo, abriendo la toalla a la vez que me abrazaba, arropándome con ella.
Miramos hacia el cielo, las estrellas brillaban muchisimo, pero unas nubes tapaban algunas, el verano acababa, se notaba hasta en el cielo. De repente vimos una estrella fugaz, le abracé más fuerte y dije:
-¿La has visto?- Me sonrió y asintió con la cabeza- ¿Has pedido un deseo?
-No creo en esas cosas.
-Soso- lo acusé.
-No es que sea soso, esque mi deseo ya se ha cumplido- se escusó, mirándome a los ojos- ¿Y tú? ¿Has pedido alguno?
-Pues claro- se quedó mirándome, esperando- No esperarás que te lo cuente, ¿Verdad?, si se dice no se cumple.
Me miró fijamente, como tentándome, y me besó. Miramos otra vez el cielo.
-¿Y que, se ha cumplido?- Me preguntó.
-Sí,- le besé otra vez- ahora sí.