miércoles, 30 de noviembre de 2011

Y es que tiene un corazón que no le cabe*

La vi sentada en el suelo, con lágrimas en los ojos y la mirada perdida. Su pelo se movía al son de las olas, a causa del caprichoso viento, que lo movía a su antojo. Me senté a su lado, ni siquiera tuvo que esforzarse en mirar para darse cuenta de que era yo.
Le acaricié el pelo y atrapé uno de sus mechones, que se había escapado de los otros, colocandolo suavemente tras su oreja. Finalmente, decidió mirarme. Sus ojos se veían más verdes que nunca, tal vez porque estaban rojos, irritados, después de haber llorado, o por el mero echo de que el color del mar se reflejaba levemente en ellos.
La abracé, sin decir nada, por miedo a que se asustase de mis palabras, pero también temiendo que rechazase mi abrazo.
-¿Porque me tiene que ocurrir siempre todo lo malo?, el mundo me odia, ¿verdad?-dijo, intentando no romper a llorar.
-Todo el mundo puede tener un mal día- la miré a los ojos- no debería importarte lo que nadie diga.
-¿Sabes que seria perfecto?- esperé, ella se quedó pensativa- Que aprendieses a mentir mejor.
-No te quiero- dije, a la vez que mis ojos se humedecían, ella se quedó en silencio, parada, el viento volvió a soplar, haciendo que su pelo rozase esta vez mi cara. Sonrió, de repente. Se secó las lágrimas, me miró y se ruborizó.
-Eres un actor pésimo- se rió
-Lo sé, debería ir practicando más- tuve tiempo a decir, mientras cruzaba ese espacio que separaba nuestros labios.
"Y es que el amor es como Don Quijote, solo recobra la cordura para morir"

viernes, 25 de noviembre de 2011

Wishes

A veces lo que me apetece es abrir un bote, uno de felicidad, de sonrisas en conserva, cojer un poco, y alegrarme el día.

Seria una buena idea, el hecho de tenerlos guardados, de conservarlos en los dias que te sobre, de comprar sonrisas, una para cada día, una para ocasiones especiales, otra para los días en que tu propia sonrisa se apague. Y cada día probarte una, para ver cual te gusta más, cual te convence. Para poderla pintar en tu cara, como quien no quiere la cosa.
Si, la verdad, deberian crear una empresa que vendiese sonrisas, esperanza, felicidad..
                               ..bueno, tal vez felicidad no, porque, sin pasar un mal día, no apreciariamos uno bueno.

-Un café
-¿Solo?
-No, con una pizca de magia

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Miedo a las tormentas

-¿Le echas de menos?- dijo, de repente, rompiendo ese cristal de silencio que se habia creado.
-La distancia empieza a ser demasiado grande- dije, secamente, intentando no pensar en ello.
-Entonces, ¿Lo dejarás todo ir?- esa pregunta retumbó en mi cabeza, como un eco, como un trueno, de esos que te hacen temblar y que el corazón te dé un brinco y se acelere, asustándote- ¿Enserio?- añadió-¿Tirarás por la borda todo lo que habeis luchado por lo vuestro?
Me levanté y empecé a andar, en dirección a ningún lado, oí que me hablaba, pero no conseguia entender sus palabras, aunque tampoco lo intentaba, la tormenta en mi cabeza se hacia cada vez mayor, más potente, repitiéndome esa pregunta, queriendo terminar en una tempestad de lágrimas, inuncando mis ojos. Los cerré, reprimiendo el deseo, intentando diluir esa cascada.
-Vamos, va a empezar a llover- dije, abriendo los ojos, él miró al cielo, se quedó aún sentado, esperando mi respuesta, a la vez que leia en mi cara que la tormenta estaba más cerca de lo que él creia. Se acercó a mi y me abrazó- le quiero- añadí, en un susurró, casi temblando, "Lo sé" susurró.
Miramos el paraguas, después, al oscuro cielo. No parecia que fuese a llover, pero la tormenta tampoco parecia que fuese a desaparecer.
"Mi teléfono no suena, supongo que eres tú".

jueves, 10 de noviembre de 2011

It's too late

Muchas veces me pregunto porque lo hacemos todo tan difícil, porque, cuando es fácil, no nos interesa, y nos empeñamos en complicar las cosas cuando en realidad no es así.
Pero es verdad, todo podria ser muy simple, si se viese con otros ojos, desde otra perspectiva, pero, al sentirlo, al vivirlo en primera persona, el miedo se apodera de ti, te entra el pánico y complicas las cosas sin darte cuenta, poniéndote escusas mentalmente, pensando en el porque de las cosas, sin disfrutarlas en el momento.
Y ya, tarde, te das cuenta de que las cosas cambian y no consigues vivir dos veces lo mismo. Y también te percatas de lo mucho que echas de menos esa dulce sonrisa, esa piel bronceada, las noches enteras hablando por telefono, en que hablabas flojito, para que nadie se enterase; la forma en que te abrazaba al verte llorar. Te das cuenta de que la libertad no es nada más que echarle de menos, y lamentas no haberte dado cuenta antes, porque ya es tarde para pedir perdón.
"Didn't think i'd turn around and i'd say that is too late to aplologize"