miércoles, 16 de noviembre de 2011

Miedo a las tormentas

-¿Le echas de menos?- dijo, de repente, rompiendo ese cristal de silencio que se habia creado.
-La distancia empieza a ser demasiado grande- dije, secamente, intentando no pensar en ello.
-Entonces, ¿Lo dejarás todo ir?- esa pregunta retumbó en mi cabeza, como un eco, como un trueno, de esos que te hacen temblar y que el corazón te dé un brinco y se acelere, asustándote- ¿Enserio?- añadió-¿Tirarás por la borda todo lo que habeis luchado por lo vuestro?
Me levanté y empecé a andar, en dirección a ningún lado, oí que me hablaba, pero no conseguia entender sus palabras, aunque tampoco lo intentaba, la tormenta en mi cabeza se hacia cada vez mayor, más potente, repitiéndome esa pregunta, queriendo terminar en una tempestad de lágrimas, inuncando mis ojos. Los cerré, reprimiendo el deseo, intentando diluir esa cascada.
-Vamos, va a empezar a llover- dije, abriendo los ojos, él miró al cielo, se quedó aún sentado, esperando mi respuesta, a la vez que leia en mi cara que la tormenta estaba más cerca de lo que él creia. Se acercó a mi y me abrazó- le quiero- añadí, en un susurró, casi temblando, "Lo sé" susurró.
Miramos el paraguas, después, al oscuro cielo. No parecia que fuese a llover, pero la tormenta tampoco parecia que fuese a desaparecer.
"Mi teléfono no suena, supongo que eres tú".

1 comentario:

  1. Da pena echar por tierra todos los esfuerzos, todas las cosas conseguidas... pero por desgracia, la vida me ha enseñado que ha veces un "te quiero" no es suficiente.
    No queda más que valorar los pros y los contras y ver qué es lo que te compensa. Pero tampoco es bueno darle muchas vueltas =)

    ResponderEliminar