domingo, 18 de marzo de 2012

Cielos de tormenta

Estaba nublado, pero no lo encontré extraño, el cielo se había escondido en sus ojos.
Esos ojos eran poesía, sueño, melancolía, tormento,.. el paraíso.
Me sonrió, me olvidé hasta de respirar. "¿Que pasa?" susurró, despertándome de mi sueño. Me ruboricé tan solo con pensar que pudiese adivinar lo que pasaba por mi cabeza en ese instante. "Nada" susurré, casi tartamudeando.
Y se rió, y esa sonrisa sonó como campanillas, como el sonido de un piano, de un violín.. como mi canción favorita.
Hablamos de todo y de nada, y si me preguntasen un tema, no sabría responder. Me había perdido en esa mirada, podía escuchar hasta el romper de las olas en ella.
Nos quedamos en silencio, abrazados, sin saber como, habíamos llegado a esa calle que tantísimas veces habíamos recorrido. No hacía falta que hablásemos para decirnos como había cambiado todo, incluso esa calle, la nuestra. Pero había algo que no había cambiado: Esos sentimientos que nos unían, esos, que eran eternos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario